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Chapter 84

Capítulo 84

“?Dónde voy a conseguirles diez millones?” Pilar frunció el ce?o al otro lado del teléfono, sus ojoslanzaban destellos filosos como cuchillos mientras gritaba al teléfono.

“Eso es asunto suyo, Srta. Oliveras.” Dijo el hombre del tatuaje de flor antes de colgar.

Después de esa llamada, Pilar se sintió furiosa y ansiosa, caminando de un lado a otro en lahabitación, ?diez millones! ?Dónde iba a conseguir diez millones de repente?

?Qué tal, hermano mayor?“, preguntó el subordinado.

“Esperamos a tener el dinero, lo tomamos y nos vamos, a ver si esos dos peque?os ya despertaron.”

Mientras hablaban, se acercaron a Leonardo y Noelia. “?Cómo es que no han despertado todavía?”preguntó el hombre del tatuaje denovelbin

flor.

“Quizás les dimos demasiado tranquilizante,” explicó su compa?ero, de otra forma, él tampoco sabríapor qué no habían despertado.

“Aprovechemos que aún no despiertan, dile al hermano que prepare el coche, vamos a compraralgunas cosas para el camino, en cuanto tengamos el dinero, nos vamos.”

“Está bien, hermano mayor.” Al terminar de hablar, salieron de nuevo.

Asegurándose de que los dos se habían ido, Leonardo finalmente despertó, corrió sigilosamente haciala ventana y vio el coche alejarse. Rápidamente regresó por Noelia, “Noe, se han ido, probablementeno volverán pronto, debemos escapar ahora.”

Leo tomó la mano de Noelia, pero se dio cuenta que la puerta estaba cerrada con llave. Buscando unpoco, encontró un taburete, ayudó a Noelia a subir por la ventana primero, y luego la siguió. Al llegararriba, Noelia, viendo que la caída era alta, temía saltar.

“Hermano, tengo miedo.” Dijo ella.

“Noe, no tengas miedo, salta con valentía, tu hermano vendrá enseguida, si escapamos prontoencontraremos a mamá,” la consoló Leonardo. Noelia cerró los ojos, reunió el coraje y finalmentesaltó, pero la altura era considerable y terminó torciéndose el tobillo.

“?Ay, qué dotor!” Al escuchar a su hermana, Leonardo rápidamente se subió a la ventana y saltó,encontrando a su hermana con el tobillo lastimado.

?Estás bien, hermanita? Intenta pararte, a ver si puedes caminar, necesitamos salir de aquí.”

A pesar del dolor, Noelia se puso de pie y dijo, “Hermano, puedo hacerlo, no duele tanto, puedocaminar.”

“Bien, entonces vamos a caminar un poco, a ver si encontramos a alguien que nos ayude.” Leonardoapoyó a Noelia mientras caminaban.

El lugar donde estaban retenidos era una granja aislada, rodeada por vastas tierras desiertas, sinsignos de vida a la vista. Los dos hermanos, de la mano, mientras Leonardo se preocupaba pornecesitar alejarse rápidamente, también estaba preocupado por el tobillo lastimado de Noe, ya queella caminaba cada vez más lento.

“No podemos seguir así, si regresan pronto, nos alcanzarán y no tendremos otra oportunidad deescapar.”

“?Qué hacemos, hermano? Tal vez deberías irte solo y buscar ayuda,” sugirió Noelia, no queriendo seruna carga.

“No, no te dejaré sola, busquemos un lugar para escondernos. Pronto anochecerá y será más difícilque nos encuentren. Esperaremos a que amanezca, mamá seguro ya llamó a la policía, ma?anacuando comiencen a buscarnos, seremos rescatados.”

“De acuerdo.” Noelia asintió firmemente, con su hermano a su lado, decidió no tener miedo.

Vieron un viejo pozo seco por delante, Leonardo tuvo una idea, llevó a su hermana allí, saltó primero,y luego ayudó a Noe a deslizarse hacia abajo, donde la atrapó y la acomodó. Después de asegurarsede que Noelia estaba bien, subió de nuevo, recogió un montón de ramas secas y hojas, regresó alpozo y cubrió la entrada con ellas de manera desordenada, haciéndolos difíciles de ver desde afuera.Pronto escucharon el sonido de un coche, sabían que eran los secuestradores que regresaban.

Capitulo 85

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