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Chapter 42

Capítulo 42

Ambos fueron al restaurante francés donde solían ir. A Rafael en realidad no le gustaba mucho lacomida francesa, pero Pilar, tal vez por haber pasado mucho tiempo en Francia, casi siempre elegíaeste tipo de restaurante cuando salían a comer. él prefería los platos caseros que Sofía solíacocinarle. Desde hace a?os no tenía noticias de ella, y después de intentar llamarla sin éxito, se diocuenta de que su deseo de no volver a contactarse era en serio. Más tarde supo que no habíaregresado a su ciudad natal, pero no tenía idea de dónde podría estar…

“Rafa, ?qué te está pasando? Te pedí el bistec del menú, ?quieres algo más?” Pilar lo notó calladodesde que se sentó, como si estuviera pensando en algo importante.

Rafael volvió en sí, “No, me parece bien lo que pediste para mi.”

“Te va a encantar lo que elegi“, dijo Pilar con una sonrisa confiada.

“Rafa, ?tu abuelo todavía no aprueba nuestra boda? Si quieres, puedo ir formalmente a visitarlo algúndía, verlo más seguido para estrechar nuestra relación.” Sí, Rafael y Sofía se habían divorciado hacecasi cuatro a?os. Cada vez que mencionaban cuándo se casarían, incluso considerabán simplementecomprometerse o incluso casarse civilmente sin celebración, con tal de que ella pudiera considerarseoficialmente como la Sra. Amorós, cualquier opción era viable. Pero cada vez que ella sacaba el tema,él decía que su abuelo no estaba de acuerdo. No entendía qué tenía que ver su abuelo Isaac con sumatrimonio. Si al abuelo Isaac no le gustaba ella, de todos modos, podrían vivir. por su cuenta, y ellano iría a la antigua

mansión.

“Buscaré el momento para hablar de nuevo con el abuelo. Su salud está empeorando, y no quieroestresarlo.”

Al escuchar las palabras de Rafael, Pilar no dijo nada más. Sabía que Rafael era muy devoto a sufamilia y que sus sentimientos hacia el abuelo Isaac eran algo que ella no podía superar.Probablemente, el anciano aún pensaba en Sofía. ?Hum! Con la salud en declive, ?realmente tendríaque esperar a que el abuelo Isaac falleciera para poder ser realmente Sra. Amorós?

“Hay una cena esta noche y quiero que me acompa?es“, dijo Rafael, sabiendo que Pilar se ponía tristecada vez que hablaban de matrimonio.

“De acuerdo, entonces mè prepararé cuando regrese.” Al escuchar esto, Pilar se alegró; los asistentesa la cena serían sin duda personas influyentes de San Bernat, y en estos a?os, ella fue laacompa?ante de Rafael en todas las cenas, reconocida como la mujer del presidente de Grupo JK,Rafael. Gracias a él, en estos a?os había obtenido una gran satisfacción tanto material comoespiritual.novelbin

14. 14.

Después de comer, salieron del restaurante. “Dejaré que el conductor te lleve de vuelta. Luego lepediré a mi asistente que te envíe la ropa.”

“Gracias, Rafa, no hace falta que alguien me lleve, puedo coger un taxi. Ve tú a ocuparte de tuscosas.” Pilar sabía que a veces no se debe presionar demasiado a los hombres; mostrar comprensióny generosidad era el modo de mantenerlos cerca. Sin embargo, parecía que tendría que buscar otramanera de asegurar su matrimonio. A pesar de sus esfuerzos, siempre se sentía insegura; Rafaelnunca había pasado la noche en su apartamento, siempre la rechazaba gentilmente, prometiendoguardar el momento para su noche de bodas. Incluso cuando intentaba seducirlo, él se mostrabaindiferente, instándola a abrigarse para que no se resfriara. A veces, dudaba de su virilidad.

Así, Pilar siempre se sentía ansiosa; Rafael parecía estar cerca, pero a la vez muy lejos. Solocasándose podría asegurar firmemente su posición como la Sra. Amorós.

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