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Capítulo218

Bella miró hacia abajo y se dio cuenta de que había una marca morada y profunda en el costado de Pedro.

Eso fue cuando la llevó fuera del bar y chocaste contra la esquina de la mesa.

Cuando Manuel le contó sobre eso anteriormente, Bella no sintió nada.

Pero ahora, al ver la marca morada en la piel pálida de Pedro, podia imaginar lo doloroso y fuerte que debió ser el golpe.novelbin

-¿Si te sientes incómodo, quieres que te ponga medicina por la noche? -dijo Pedro con intención.

Sin embargo, Bella, que momentos antes había mostrado una expresión de preocupación, le respondió con una mirada fría. Ni lo sueñes.

El área de comida era de autoservicio, y aunque Bella no quería, dejó que Pedro cargara platos mientras ella escogia los alimentos.

Su "amorosa" actuación obviamente atrajo la atención de mucha gente.

Seguro que después de hoy, todos sabrían que el director Romero y su esposa tenia una relación apasionada.

los Cuando Bella y Pedro se sentaron a la mesa, Elena y Manuel también volvieron con varios platos de barbacoa.

-¡Me muero de hambre. Es fácil tener hambre después del baño!

Elena le dio a Bella dos camarones deliciosas ydijo: -Estos son tus favoritos, te los traje especialmente, ¿no soy considerada?

Bella sabía que Elena estaba tratando de ganarse su favor por abandonarla antes. Le lanzó una mirada disgustada y respondió con ironía: -Muy considerada, igracias!

De nada, de nada, ¡come rápido! -Elena no le dio importancia y siguió mordiendo su pollo a la plancha.

Pelar los camarones era un poco molesto, pero Bella, con mucha hambre, tomó uno de los deliciosos pollos a la parrilla que no requería pelarse.

Cuñada, Elena dijo que te encantan los camarones a la parrilla, ¿por qué no los estás comiendo? -preguntó Manuel.

Bella dio un mordisco al pollo, con las mejillas un poco hinchadas y dijo: -Me da flojera pelarlos.

Elena rió: -Ella, cuando se trata de sí misma le parece un fastidio, pero por cierta persona, podría pelar todo un plato sin cansarse.

Bella fulminó a Elena con la mirada y dijo sin ganas: -Hoy has hablado demasiado, ni siquiera la comida puede callarte la boca.

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+15 BONUS Al oír esto, Pedro de repente recordó que cuando solfa cenar en casa, los platos de camarones tenían la carne pelada.

Los brillantes camarones estaban dispuestos alrededor del plato, con pequeños recipientes de salsas decorativos en el centro, pareciendo una obra de arte.

Cuando se sentaba a la mesa, Bella aún le serviría los camarones con la salsa.

Mirándolo con ojos brillantes y dijo: -¡Pedro hermano, estos camarones están fresquísimos, come más!

Pero él, temiendo que Bella pensara que le gustaban y se los enviara a la oficina todos los días, terminaba quitándolos del plato y tirándolos al plato de los huesos.

Y le decía con frialdad: -No me gustan los camarones.

Al recordar esos momentos, Pedro sintió una punzada de melancolía.

Él extendió la mano y tomó el plato con los camarones delante de Bella.

¿Qué estás haciendo?-Bella lo miró con confusión.

Pedro permaneció tranquilo y dijo: -¿No te gusta pelar los camarones, verdad?

Bella sospechaba que Pedro había escuchado lo que dijo Elena y recordó cuando ella solía pelarle los camarones.

Bella sin rodeos acercó otro plato de camarones a Pedro: -Señor Pedro, ya que es tan atento, ¿por qué no los pela todos para mi? Me gusta comerlos.

Ella pensó que probablemente no tendría otra oportunidad de hacer que el siempre altivo Pedro le sirviera.

Pedro no dijo nada y comenzó a pelar los camarones.

Después de pelar el primero, Pedro se preparaba para colocarlo en el plato, pero Manuel interving: Om Hermand Pedro, ¿mi cuñadá no quería comerlos hace rato?

¡Apresúrate y alimentala!

Justo cuando Bella iba a decir algo, Manuel volvió a hablar Cuñadam como tienes las manos. sucias del pollo, deja que Pedro te sirva.

Diciendo esto, Manuel le hizo señas insistentes a Pedro.

Pedro acercó el camarón a la boca de Bella.

En este momento, tanto Elena como Manuel los observaban complacidos, y Bella sentíal que seguía resistiéndose, apenas podrían contener la sonrisa.

Así que Bella abrió la boca y mordió el camarón.

-¿Está dulce? -preguntó Elena.

Bella le dio un ligero puntapié: -¿Por qué no lo pruebas tú misma y lo sabes?

-Ay, ya no puedo comer más, verlos tan cariñosos me llena de envidia y celos. -

suspiró Elena.

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-Hermano Pedro, sigue pelando, todavía no me lleno, quiero comer más secundó Manuel.

-Jajajaja! -Elena finalmente no pudo contener la risa.

Cuando Anna se acercó al buffet, justo vio a Pedro alimentando a Bella.

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