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Capítulo 112

Capítulo 112 Thea estaba tan ansiosa que casi se echó a llorar, pero James parecía completamentetranquilo. Había golpeado a Zach y derribado algunos percheros. Incluso el gerente había llegado. Lagerente de la boutique era una mujer de unos treinta a?os. Era bonita, de cara ovalada y cabellonegro, vestía un sexy vestido profesional. “M-Sr. Herrero.’ Al ver a Zach, se inclinó respetuosamente.Zach, que estaba esperando a Samson en el salón, miró al gerente. Sus ojos se iluminaron cuando violo bonita que era. Sin embargo, no podía compararse con Thea, que estaba sentada frente a él. Perdióinterés en el gerente de inmediato. Suavemente, dijo: ‘?Me conoces?’ ‘Sí. Te vi de lejos en unbanquete una vez. La gerente, Miranda Larson, dijo respetuosamente. Zach asintió levemente.Mirando a una ansiosa Thea sentada frente a él, le preguntó a Miranda: ?Cuánto vale la ropa da?ada?Haz que te compense. ‘Se?or. Smith, he hecho los cálculos. Ensució dieciocho ropas en total. Todosellos valen más de diez mil dólares cada uno. En total, cuestan doscientos diez mil. ‘?Oyes eso?’ dijoXena con arrogancia. “Prepárate para desembolsar doscientos diez mil dólares. Aunque no creo quepuedas permitírtelo. Si te arrodillas y te disculpas con mi esposo, te lo pagaremos”. ‘Jamie, paguemosy vámonos’, dijo Thea en voz baja.

“No deberíamos meternos en problemas con los Smith. Zach incluso ha pedido refuerzos. Si no nosvamos ahora, no podremos irnos en absoluto”. Thea estaba preocupada. Todo lo que ella quería erairse. Doscientos diez mil dólares era una gran suma, pero James le había asegurado que tenía eldinero. Era como ir de compras. Puede que algunas prendas no le queden bien, pero podría alterarlas.“Cari?o, está bien. Estoy esperando a que llegue su refuerzo. ?Has olvidado que estuve en el ejército?James sonrió. “Jamie, deja de hacer el tonto. Escuché que el Rey Alegre emitió una orden estrictadespués de asumir su nuevo rol. Pelear es un delito grave y los departamentos pertinentes estántrabajando horas extras para arrestar a los malhechores”. Thea estaba aterrorizada por los guardiasde seguridad que los miraban. Si pagar podría resolver su problema, ?por qué no dejar que el dinerohaga el trabajo? ‘?Abandonar?’ La expresión de Zach se oscureció. Con frialdad, dijo: ‘Pruébalo’. Anteeso, algunos de los guardias de seguridad dieron un paso adelante. Irse nunca pasó por la mente deJames. Unos pocos matones apenas lo molestaron. Sr. Smith…” En ese momento, un hombre calvonovelbin

de unos treinta a?os que vestía una camiseta sin mangas negra con un tatuaje de tigre se acercó.Veinte personas siguieron detrás de él. Con tanta gente corriendo a la boutique a la vez, los otrosclientes se mantuvieron alejados por miedo. “Sansón, ese es él. Romperle las piernas. Zach se levantóy se?aló a James. Alegremente, miró a Thea. “Thea, si vienes conmigo hoy, dejaré ir a tu basura deesposo”. Mirando la figura de Thea, comenzó a babear. Al mismo tiempo, odiaba a James. ?Qué habíahecho él para merecer una esposa tan hermosa como ella? Era un Smith, por gritar en voz alta. Sinembargo, nunca antes había tenido una mujer tan hermosa. Empezó a enfadarse pensando en ello.Samson miró a sus compinches. ‘Ataque.’ Thea volvió a ponerse ansiosa. Rápidamente, ella se pusode pie. ‘Se?or. Smith, lamentamos haberte ofendido. Por favor perdónanos.’ ‘Jaja, es demasiado tardepara disculparse ahora’. Xena se rió. ‘A menos que le haga compa?ía a mi esposo durante unos días,la carne muerta de su esposo’. James derribó a Thea, que se había puesto de pie para disculparse.Miró a Zach sombríamente.

‘Entonces, también estás detrás de mi esposa’. ‘Sí.’ Zach no lo negó. Cualquier mujer que deseabanunca había logrado escapar de sus garras. Miró a Thea, sin molestarse en ocultar su expresióncodiciosa mientras observaba su figura esbelta y su hermoso rostro. Se había acostado con mujereshermosas antes, pero ninguna tan hermosa como ella. Thea se sonrojó mientras él la miraba conavidez. Enfadada, dijo: “Tú…” “Thea, esta es tu oportunidad. Ven conmigo durante tres días y dejaré ira tu marido. De lo contrario, su esposo pasará el resto de su vida en una silla de ruedas. Contaréhasta tres. Si no está de acuerdo, no me culpe por lo que sucederá a continuación”. ‘??Una!! La cara deThea perlada de sudor. Miró al amenazante hombre calvo ya las veinte y tantas personas que losmiraban. Sabía que si no aceptaba sus términos, las piernas de James se romperían. ?Dos!’ Theaentró en pánico aún más. Tres.’ “1-Estoy de acuerdo.” Thea estaba tan ansiosa que casi lloró. Jamesno esperaba que Thea lo hiciera… Estaba conmovido. Thea gritó: “?Estoy de acuerdo con tustérminos! No ataques a mi esposo, no…”

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