Capítulo 986
Capítulo 986
Resultó que eran cuatrillizos, por eso se veían tan grandulones. Se parecian bastante entre si, pero
cada uno tenía su toque especial. “Ay, qué lindura, me encantan“, exclamó la se?ora con una sonrisa
que iluminaba su rostro. Era una se?ora ya cerca de los cuarenta que no habia formado una familia
por dedicarse a su carrera.
Para ella, el trabajo siempre habia sido lo primordial.
Pero al escuchar a los ni?os de cuatro a?os saludarla con tanta ternura, su corazón se llenó de
alegría.
Aunque estaba contenta al ver a los cuatro peque?os, se dio cuenta de que ya no era una jovencita.
Los cuatro peque?ines, de mejillas sonrosadas y caritas de ángeles, despertaban en ella una dulzura
que tenía muy guardada.
Quizás en la vida no todo era el trabajo. Casarse y tener hijos también podría ser una buena opción.
Si ella tuviera unos ni?os tan encantadores, pensar que al volver extenuada del trabajo y ver sus
caritas inocentes, todo cansancio se evaporaría.
“Se?ora, si usted quiere, también puede tener bebés, somos los bebés de nuestra mamá“, dijo Joel
con la inocencia que solo un ni?o posee.
La mujer, que justo reflexionaba sobre la idea de formar una familia, se encontró aprendiendo de las
palabras de un peque?o. Su sonrisa se congeló por un instante, pero la emoción dentro de ella crecía
aún más.
Elia, dándose cuenta de la sinceridad sin filtro de Joel, rápidamente junto a los ni?os y se disculpó con
la se?ora: “Lo siento mucho, los ni?os a veces hablan sin pensar. Espero no haberla ofendido.“g2
“No se preocupe, no se preocupe, el ni?o tiene razón. Estaba justo pensando en mi vida y sus
palabras me han dado claridad. Me ha ayudado a ver mi camino a seguir. Se?orita, usted parece tan
joven y ya tiene cuatro tesoros tan lindos, la envidio. Yo, cerca de los cuarenta, solo tengo una casa,novelbin
un carro y dinero, pero nada más“, confesó la se?ora con sinceridad.
Ella, acercándose a los cuarenta, se preguntaba si aún podría tener hijos. Si seguía enfocándose solo
en su carrera, temia que nunca tendría la oportunidad de tener su propia familia.
El trabajo siempre estaria allí, pero para tener hijos, si se perdia el momento, quizás nunca se
presentaria otra oportunidad.
De pronto, la se?ora sintió un fuerte deseo de casarse y tener hijos.
Esos cuatro peque?os ángeles la habían conquistado por completo.
“Usted también es muy exitosa, y eso es admirable. Si quiere formar una familia, puede hacerlo en
cualquier momento“, dijo Elia.
?Qué linda eres! Ahora entiendo de quién heredaron los ni?os esa dulzura. Ay, su familia es tan alegre
y optimista, me da esperanza Tomaré tus buenos deseos y me propongo casarme este a?o y tener un
hijo al siguiente Oye, bella, ya que estamos predestinadas a encontrarnos, ?qué te parece si
intercambiamos números de WhatsApp? Asi, cuando tenga a mi bebé, te puedo invitar al bautizo,
propuso la se?ora emocionada sacando su móvil
“Claro que si“, contestó Elia con entusiasmo Siempre tenía un trato amable hacia las personas con las
que congeniaba y no rechazaba la posibilidad de una nueva amistad.
Iba a buscar su teléfono automáticamente cuando recordó que no lo llevaba consigo.
“Disculpe, hoy no traje mi celular“, dijo con un toque de verguenza
“No hay problema, digame su número y yo lo anoto“, respondió la se?ora.
Tras intercambiar números y despedirse, la mujer se fue a seguir con su rutina de ejercicio, mientras
Ela llevaba a los ni?os al jardin de infancia.
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Capitulo 986
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A pesar de haber vivido una noche de angustia, la vida y las obligaciones continuaban.
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El responsable había sido Felipe y no tenía nada que ver con Vicente. Era normal que él estuviera
ajeno al
asunto.