Capítulo 849
Capítulo 849
El siguiente instante, los ni?os que estaban recostados sobre ella fueron levantados uno por uno y
colocados a un lado.
Asier estaba frente a ella, su intensa mirada desde arriba la vigilaba y dijo. “Es hora de irse“.
Su voz baja y magnética, aparentemente tranquila, era autoritaria y no dejaba lugar a la discusión.
Elia se quedó inmóvil, mirandolo a los ojos, sin decir una palabra.
Jimena estaba sentada a un lado y sintió una enorme presión. Se levantó rápidamente, se alejó y dejó
su lugar a Asier Forzó una sonrisa y dijo: “Si, Elia, el clima es tan impredecible, podria llover en
cualquier momento, mejor regresemos. La orilla del mar no es segura”
Las palabras de Jimena sacaron a Elia de sus pensamientos. Evitó la mirada de Asier, se levantó y
tomó las manos de los ni?os: “Vamos,
volvamos a casa
“Claro, volvamos a casa”
Los ni?os pasaron sus peque?as manos por las de ella, permitiéndole guiarlos.
Un par de ojos brillantes la miraban con ansiedad, llenos de dependencia y amor hacia ella.g2
Elia miro a los ni?os con sus inocentes y suaves ojos, su corazón se curó un poco. Tomó la mano denovelbin
dos ni?os y camino hacia el camino de la
orilla
El Rolls–Royce negro de Asier estaba estacionado al costado de la carretera, su sombrio y noble color
negro era muy llamativo y no se podia
ignorar
“Elia, me voy primero, adiós peque?os, cuando tenga tiempo Jimena los llevará a jugar.” Jimena se
despidió de Elia y de los ni?os, se subió al auto y se fue.
Ella había llevado a Elia a la orilla del mar antes, pero en ese momento que Asier estaba alli, Elia
naturalmente tenía que irse en su auto. Jimena no se quedaria alli de sobrada.
Después de que Elia y los ni?os se subieron al auto, Asier también subió y Bruno condujo el auto.
Los ni?os estaban un poco cansados y se recostaron contra Elia, medio adormilados. Sin el alboroto
de los ni?os, el auto estaba inusualmente
tranquilo.
Elia miraba el paisaje que retrocedia rápidamente por la ventana, y se quedo en silencio durante todo
el camino.
No mucho después, el auto se detuvo en el patio de Villa Serenidad.
Eka salió del auto, los ni?os se habian despertado y estaban llenos de energia. Tomaron la mano de
Ella y caminaron hacia la casa, Elia no tuvo la oportunidad de ver la expresión de Asier.
“Mama, vamos a la habitación de papá, la más grande.” Iria, tomó la mano de Elia y la guio escaleras
arriba.
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Elia sintió lastima y desamparo, pero cooperó y abrazó su suave cuerpo.
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Elia acarició suavemente su peque?a cabeza y dijo: “No tengas miedo, no habrá más tormentas“.
“Pero ?y si hay una tormenta durante la noche? Deberiamos dormir con papá, su abrazo es muy
grande.” insistió fra
Justo cuando Elia estaba a punto de responder, sintió una enorme presencia entrando en la
habitación.