Chapter 531
Capitulo 531
Rosalinda se quedó paralizada por un momento, sintiendo como si algo en su interior hubiera sido
golpeado. Aunque su intención inicial era desahogarse con Elia, se vino abajo y empezó a llorar. “No
me digas que estás siguiendo mis pasos, Elia! Lo siento, hija, deberias haber tenido un padre desde el
principio.”
Al mencionar la palabra “padre“, Elia sintió un dolor abrumador, como si se hubiera desatado una
inundación de lágrimas.
Las lágrimas “plop, plop” calan en el dorso de su mano.
Si no fuera por Gabriel, ella no estaría en esta situación.
Pero, ?qué sentido tenía hablar de esto ahora?
Ella se abalanzó sobre Rosalinda y la abrazo. Ese no era el momento para pelear y culparse
mutuamente, sino para unirse y buscar una solución. “Mama, todo estará bien, encontraremos una
forma de salir de esta situación. Elia consoló a Rosalinda, pero también se estaba dando ánimos a sí
misma
Aunque parecia un callejón sin salida, ella creia que habría una solución
Rosalinda sabia que Elia estaba tratando de consolarla, pero que podían hacer ahora7g2
Incluso si ella culpaba a su hija hasta la muerte, no mejoraria la situación
“Todo es mi culpa, si no hubiera vendido el colgante de esmeralda, tal vez Asier no habría sido tan
despiadado.” Rosalinda se secó las lágrimas, culpándose a sí
misma
Elia estaba un poco sorprendida Rosalinda siempre había sido fuerte y franca. Desde que Elia tenia
memoria, nunca había escuchado a Rosalinda admitir que estaba equivocada
Incluso si Rosalinda sabia que estaba equivocada, siempre encontraba una excusa para ocultarlo, o
culpaba a otros para tapar sus errores
Esta vez, con lo que pasó con sus hijos, ella realmente admitió su culpa.
Podia imaginarse cuánto significaban sus hijos para ellanovelbin
Pero Elia sabia que incluso si Rosalinda no hubiera vendido el colgante de esmeralda, el resultado
habría sido el mismo.
Porque Asier la odiaba, y haria cualquier cosa para torturarla.
Llevarse a los ni?os era el peor castigo para ella
?Cómo podria perderse esa oportunidad”
“Está bien, mama, no tienes que culparte demasiado Yo encontraré una solución y resolveré todo. Es
tarde, deberias descansar.”
Elia acarició la espalda de Rosalinda para consolarla
Rosalinda se seco las lágrimas: “Esta bien, tu también deberias descansar un poco.”
Elia se acosto en la cama, las sábanas no habían sido cambiadas, y todavía olian a leche, igual que
sus hijos.
Ese olor calido y suave hacia que su corazón se derritiera
Pero sus hijos, que solian corretear a su alrededor llamandola “mama“, ya no estaban a su lado.
Elia no podia calmarse
A pesar de estar exhausta, no podia dormir.
Se revolvió en la cama hasta que amaneció.
En la Villa Serenidad
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La ni?a murmuro con voz tierna y melosa “Perezoso, el sol ya está saliendo.”
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